martes, 12 de enero de 2010

sms



Sinceramente odiaba su trabajo. Cuando se lo comunicaron estuvo a punto de renunciar, pero el consejo de un amigo le hizo reflexionar.
"Piénsalo, a lo mejor y con un poco de suerte, sólo es un pequeño paréntesis hacia tu adorado Sistema de Comunicaciones".
"Es posible", le dijo, pero aún así lo seguía aborreciendo.

Cada mañana le costaba vaciar la mente para volver a llenarla con palabras, frases inconexas, deseos, tormentos y ultimátums….estaba harta, realmente harta y un día les iba a dar una sorpresa a todos, si señor, una gran sorpresa.
Entraba en la máquina de vacío, como cada día y miraba hacia el trocito de cielo naranja ... cuentan que una vez fue azul….azul ¿cómo sería un cielo azul?

Nombre: Vida
Edad: 33
Sexo: mujer
Uniones: tres, actualmente sola
Hijos: ninguno
Rango: comandante

Una vez rellenada la ficha de recuerdo, se dirigía hacia la sala de investigación.
"Buenos días". "Buenos días, Señora", contestaban a coro mis subordinados.
"¿Qué tenemos hoy, chicos?" Mientras caminaba sin rumbo establecido, uno de sus ayudantes la seguía PDA en mano, punteando y diciendo en voz alta:
"Un PC de los antiguos, dos Mac, una agenda electrónica, y dos móviles." "¿Última generación?" preguntó poniéndose un lapicero de madera, de los antiguos, tras la oreja; no sabía el motivo pero era un gesto que le daba cierta tranquilidad. "No, no, señora, corrientes de los fáciles" le habían contestado. "Bien, pensó, hoy no tengo fuerzas para enfrentarme a esos demonios de última generación". Distribuyó el trabajo entre sus ayudantes y se quedó con los dos móviles.

Se sentó en su mesa de trabajo de cristal helado sobre patas metálicas color cobre, limpia, ordenada, impoluta….como ella, como su cotidianeidad.
Se puso los guantes transparentes y cogió el pequeño móvil rojo. Abrió con facilidad la tapa de seguridad y pese a la antigüedad que tenía, el interior permanecía increíblemente bien conservado. "Este, irá después al museo, se dijo. Está perfecto."
Sacó la pequeña tarjeta de memoria, bueno, pequeña para el siglo XXI, hoy en día, enorme, y la limpió de restos de tiempo. La insertó en el ordenador y este comenzó a procesarla.
Llamadas, fotos, contactos, música, sms…
Esto último le interesaba sobremanera, lo otro lo dejaba para las máquinas, los sms siempre los procesaba ella, a mano, como antiguamente, pensaba.
Cotejaba los enviados y los recibidos, pues si había fluidez en la comunicación no les daba importancia, ni siquiera los leía, simplemente una forma más de acercamiento entre dos individuos cualesquiera. No le gustaba el cotilleo.

Los no enviados, los colocados en la carpeta de borrador eran los que realmente le interesaban….los que no se llegaron a leer, los que eran pensamientos en letra escrita, no compartidos. Esos eran los importantes.

“posiblemente ya lo sepas, pero te echo de menos, ¿tú me echas de menos?”.
“12 días sin verte”.
”¿Comemos juntos el lunes?”.
“Sólo quería saber cómo estás”

Le encantaba fantasear sobre las vidas de los propietarios de esos móviles, el por qué de esos sms, las razones por las que siempre se quedaron sin enviar…a ella, apasionada de las relaciones humanas y de la psicología de la pareja, le servía de estudio profundo de la raza humana en aquellos tiempos, de sus formas de comunicación y de sus reacciones.

Nada de particular tenían esos sms, como tampoco los correos en la carpeta de borrador, pero para ella eran los más sinceros, era como encontrar un diario….madre mía, cuantos años hacía que no veía uno de esos diarios escrito a mano de los que se encontraban al principio en las excavaciones, la tecnología les quitó protagonismo pero aún así, ella todavía los había procesado y hoy se conservaban en el Museo de Emoción y Relaciones humanas.

Todas esas palabras escritas, bien en papel, o en una pantalla salían del corazón de los que las escribían y si quedaron sin enviar hay varios motivos, eso no es lo importante, lo importante es sentir lo que se dice y decir lo que se siente, por más duro, difícil o bello que sea…por eso empezó a trabajar en el campo de la comunicación, por que un día cuando era pequeña escuchó decir a alguien:
¿a dónde van todas las palabras que no se dicen…?

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